¿Aún te ríes de lo que no te parece gracioso? pregunta Ted, a lo que Nate (Nick
Mohammed) responde: “Nunca sé qué es una broma y qué no”. Ted finaliza: “Es
difícil notar la diferencia hoy en día”.
En una época donde los grandes personajes de series tienden a ser antihéroes,
como en Breaking Bad, Bo Jack Horseman o La casa de papel llega una serie
refrescante, extraña y que contra toda lógica inicial se posiciona como un gran éxito.
Al estudiar narrativa lo primero que queda claro es que se necesita un personaje
activo, que constantemente sus acciones y decisiones hagan avanzar la trama. Por
lo menos eso es lo que dicta la arquitrama. Sin embargo, Ted Lasso no es nada
cercano a eso, Ted es un personaje pasivo reactivo al que le pasan una serie de
acontecimientos y su crecimiento parece lento, si no es que nulo.
Pero bueno, en las comedias vemos este tipo de personajes reactivos, cuyas
personalidades no cambian mucho a lo largo del tiempo. Grandes ejemplos son
Seinfeld, Friends, The office; entre muchas otras. Estos personajes de comedias
tienden a ser seres humanos terribles, burlones, imprudentes que llegan a ser
tóxicos los unos con los otros y por ende se ven involucrados en situaciones que
simplemente les pasan; haciéndonos reír.
En este panorama aparece el amigable, sincero e ingenuo Ted. Un personaje tan
pacífico y pasivo que no atiende siquiera a las provocaciones descaradas de los
demás, él solo avanza con su filosofía simplista, dando todo de sí en cada situación
que le ocurre.
Esto se hace evidente, resalta en cualquier lupa bajo la que se mire a Ted Lasso. En
primera instancia, alguien conocedor del oficio de crear historias, podría llegar a
afirmar que está destinada al fracaso. Pero contra todo pronóstico Ted Lasso fue y
ha sido un rotundo éxito.
Actualmente tiene dos temporadas y se espera una tercera este año. Con diecisiete
premios otorgados en su temporada debut y récord de veinte nominaciones en los
Emmy, de los cuales ganó siete, Ted Lasso ha dejado en claro que es una gran
serie que marca con fuerza su paso por la historia de la comedia.
¿Pero… por qué funciona?
Es una pregunta interesante puesto que el contraste del análisis inicial con los
resultados reales denota que hay mucho más atrás.
Es verdad que Ted casi no cambia y es reactivo, pero el impacto que tiene en el
resto de los personajes es notorio. Su actitud positiva, paternal e ingenua contagia a
aquellos que incluso quisieron hacerle la vida “a cuadros”. Ted es un personaje que
convierte enemigos en aliados la mayoría de las veces. Y esto es en cierta medida
alentador, refrescante y esperanzador dentro de un contexto mundial tan negativo y
de ataques constantes a la personalidad que no busca aprovecharse del otro. Ted
ha marcado con gracia que se puede hacer una comedia alabando lo positivo de las
personas y no resaltando sus defectos.
Esta es una serie de aquellas que nos animan y nos levantan, de las que nos
permiten recuperar la fe en la humanidad en los momentos donde consideramos si
Thanos era el verdadero Héroe de End Game. Una serie que muestra la bondad de
las personas que a pesar del mal momento por el que estén atravesando buscan
trasformar los lazos tóxicos en lazos positivos. Es una serie que alaba y resalta el
constante avance de los personajes en su lucha por ser buenas personas.
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