Martha Peña Preciado
Médica general y Neuróloga - U. Nacional de Colombia
Contacto: mpena@ioir.org.co tel 57601- 3534016
Olvidar que se olvida. Recordar los propios muertos como vivos. Volver a casa, la casa de la infancia. No reconocerse en el espejo, porque se es el que era, hace media vida.
El 21 de septiembre es el día para recordar el Alzheimer, la demencia neurodegenerativa más frecuente, que preferimos olvidar que existe, como preferimos olvidar que envejecemos, llegaremos a olvidar que olvidamos. Los equivocados son los otros, yo estoy bien, anosognosia, no reconocer la propia enfermedad.
Por 97 minutos el director Zeller muestra un Anthony artista siendo un Anthony ingeniero que dice haber sido bailarín, alguien que mira por su ventana para reconocer solo la esquina que veía hace diez años y que no entiende porque ahora tiene árboles y gente tan extraña. La imagen de su hija muerta esta en su presente, en los objetos que la evocan y los rostros que se le parecen, este pasado es el ahora. Pero la hija viva, la de hoy, esta en un presente que se desvanece en tiempos inexactos de la penumbra de la tarde o la penumbra de la mañana, algún gris, como gris es su rostro, sus indicaciones, se le puede confundir con una extraña, no inspira confianza e inclusive el rostro de la hija puede ser el mismo de una enfermera, debo ser perspicaz para develar la verdad, me confunden, me defiendo, debo aclararles, están tan equivocados los demás, inclusive quisieran quitarme mis pertenencias, donde esta mi reloj, mi reloj, si, se parece tanto al que tiene aquel hombre, podría haber robado el mío, mi reloj es tan importante, qué hora tienes. Ideación paranoide, perseveraciones, la realidad va teniendo paredes y pasillos más estrechos, como la casa.
Y quien ve la película está como Anthony, confundido, es Anthony, desorientado, sospechando que la realidad es inconsistente y que aunque algunos recursos de su mente intentan organizar la información, cada escena reconfigura los referentes, es la puerta, pero la puerta no debería llevar allí, es la cocina que debería ser de otro color, muebles que deberían estar en una esquina y ya no están, un pasillo agobiante que da a algún lugar del pasado, gente que te desaprueba, gente que te quiere fuera del espacio que era el tuyo, no quieres que te cuiden, pero tampoco quieren cuidarte, tu vida sería mejor que no fuera parte de la vida de los que te amaban, aun te aman, cuidar no esta en los planes de nadie.
Porque cuidar no es fácil y menos a alguien que te amaba pero para quien ya no existes en su mente, aunque vivas con el. Cada uno de los Anthony que somos por 97 minutos queda solo, triste, buscando el abrazo de la mamá que teníamos de niños.
No hemos aprendido a cuidar a nuestros viejos, tampoco sabemos quien cuidará de nosotros.
Olvidamos a los que olvidan.
Límites
Jorge Luis Borges
Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar,
Hay una calle próxima que está vedada a mis pasos,
Hay un espejo que me ha visto por última vez,
Hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo
Entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolos)
Hay, alguno que ya nunca abriré.
Este verano cumpliré cincuenta años;
La muerte me desgasta, incesante.
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