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CUIDADOS PRECOCES DEL DESARROLLO CEREBRAL

Actualizado: 18 feb 2022

Edna Julieth Bobadilla

Médico General - Universidad Surcolombiana de Neiva

Neuropediatra - Universidad Nacional de Colombia

Contacto: dra.ednabadilla@tuamiganeuropediatra.com



Con frecuencia cuando los padres acuden a la consulta de Neuropediatría tienen muchas inquietudes acerca de cómo estimular o ayudar al adecuado desarrollo cerebral de sus hijos. Usualmente se cree que los procesos de estimulación neurológica deben iniciar después del nacimiento, pero lo que pocos saben es que estos cuidados neurológicos deben iniciar en la etapa prenatal, debido a que ese desarrollo cerebral está fuertemente influenciado por las condiciones que se tengan desde el embarazo. Una comprensión básica de los procesos que están involucrados en la formación del sistema nervioso es esencial para identificar y abordar aquellos factores que pueden interferir con la formación de un cerebro sano.


El período de la gestación es una de las etapas más importantes en el desarrollo cerebral porque es aquí donde se forman nuestras neuronas. A partir de la tercera semana aparecen las primeras células progenitoras neurales ubicadas en la llamada placa neural. Esta a su vez dará lugar a una estructura denominada tubo neural, que tiene una forma cilíndrica con dos poros en sus extremos. Estos poros deben cerrarse entre el día 26 y 28 de gestación en una etapa llamada cierre del tubo neural que constituye uno de los procesos más importantes del desarrollo del sistema nervioso. El cierre del tubo neural da lugar a la formación de tres vesículas que posteriormente se convertirán en el cerebro y el cerebelo, entre otras estructuras cerebrales. El resto del tubo neural se convierte en la médula espinal.

El cerebro continúa su crecimiento a un ritmo de aproximadamente 250.000 neuronas por minuto durante el transcurso del embarazo siendo mayor durante el segundo trimestre de gestación. Estas neuronas van migrando hacia su destino organizándose en las diferentes capas de la corteza cerebral e inician una fantástica comunicación entre ellas llamada sinapsis, alcanzando alrededor de 100 trillones de interconexiones en aproximadamente 100 billones de neuronas al nacer.

Una vez conocidos todos esos procesos neurobiológicos es importante mencionar que en todas estas etapas del desarrollo cerebral influye la interacción entre factores genéticos o intrínsecos y factores ambientales o extrínsecos que siempre deben conservar un equilibrio. Cualquier alteración en estos procesos se puede convertir a futuro en los llamados factores de riesgo neurológico, que corresponden a las diferentes condiciones que aumentan la probabilidad de presentar una enfermedad neurológica en la infancia. A continuación explicaremos cómo los padres pueden contribuir de forma positiva y temprana en esos factores tan importantes para el cuidado del cerebro del niño:


1. Planear el embarazo: aspecto fundamental y poco aplicado en nuestra sociedad. Un embarazo planeado le permite a la madre evaluar su condición de salud de base, detectar posibles enfermedades crónicas que requieran un tratamiento y control previo de la gestación. Enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, diabetes, hipotiroidismo, epilepsia entre otras, requieren de un control estricto antes de un embarazo para evitar descompensaciones que puedan afectar el bienestar del feto. Prepararse para un embarazo permite determinar si alguno de los tratamientos utilizados para una enfermedad de base, requiere una eventual modificación durante el embarazo, para evitar teratogenicidad (capacidad de inducir o aumentar la incidencia de malformaciones congénitas cuando se administran durante el embarazo) y con ella un posible efecto nocivo en ese cerebro en desarrollo. Adicionalmente una consulta preconcepcional permitirá establecer si la madre ha estado expuesta a ciertos agentes infecciosos previos al embarazo o si padece infecciones graves que puedan comprometer el desarrollo cerebral como el VIH, la sífilis, etc, que requieran una vigilancia y tratamiento estricto durante el embarazo.


2. Buscar un embarazo a una edad materna que minimice los riesgos: este punto viene ligado a la planeación de ese embarazo. Gestaciones en adolescentes < 16 años y edad materna > 35 años, pero especialmente en mujeres mayores de 40 años, tienen mayor riesgo de alteraciones cromosómicas y bajo peso al nacer (definido como peso < 2500 gramos en un niño a término). Estas alteraciones genéticas y este bajo peso para la edad gestacional se convierten en factores de riesgo neurológico, especialmente si el peso al nacer en el niño es < 1500 gramos.


3. Tener una adecuada nutrición: se recomienda lograr hábitos nutricionales saludables no solo durante el embarazo sino antes del mismo. El ácido fólico es primordial para el cierre del tubo neural. Es por eso que el Centro para el control y la prevención de enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) recomienda el uso de 400 mcg/día de ácido fólico en todas las mujeres de edad fértil, pero se sugiere mayor rigurosidad en su aporte desde tres meses antes de tener un embarazo, para lograr buenos niveles en el organismo y así prevenir defectos del cierre del tubo neural tales como espina bífida, mielomeningocele que puedan traer consecuencias motoras en el niño. Esta suplencia se debe mantener durante todo el embarazo.


4. Evitar el tabaquismo, el consumo de alcohol o de sustancias psicoactivas previamente y durante el embarazo.

5. Asistir a los controles prenatales: Los controles prenatales insuficientes definidos como < 4 visitas prenatales o el inicio tardío de controles prenatales (después de la semana 16 – 18 de gestación) imposibilita la detección oportuna de alguna patología que podría alterar el curso del desarrollo fetal. El no asistir a un control prenatal impide el diagnóstico y el tratamiento de infecciones tipo STORCH (Sífilis-Toxoplasmosis-Otros agentes infecciosos-Rubeola-Citomegalovirus y Herpes) que pueden traer graves complicaciones a nivel de sistema nervioso central, especialmente si se adquieren durante el primer trimestre de gestación. Los inadecuados controles prenatales también limitan el diagnóstico precoz de restricción de crecimiento intrauterino, diabetes gestacional y preeclampsia, complicaciones que a su vez están relacionadas con bajo peso al nacer y prematuridad (nacimiento antes de la semana 37), siendo todos estos factores de riesgo neurológico para presentar retardo mental, parálisis cerebral, trastornos del aprendizaje, déficit de atención e hiperactividad, autismo, entre otras condiciones.


6. Evitar el estrés materno-fetal: se debe evitar el maltrato tanto físico como psicológico materno. Las madres gestantes necesitan un entorno apacible y amoroso que minimice el estrés. Está comprobado que estas situaciones favorecen la liberación de cortisol materno, la hormona del estrés, que al pasar al feto puede disminuir el tamaño algunas estructuras cerebrales y afectar en las sinapsis. Por esta razón el estrés prenatal también se convierte en un factor de riesgo neurológico.


7. Favorecer los partos atendidos por profesionales de la salud: tener un parto vigilado y atendido por un profesional de la salud disminuirá posibles complicaciones del nacimiento tales como la hipoxia perinatal, que a futuro aumenta el riesgo de enfermedades neurológicas crónicas como la parálisis cerebral y autismo.


Todas estas medidas hacen parte de los cuidados tempranos del desarrollo cerebral y de una estimulación neurológica precoz. Ustedes como padres se convierten en protagonistas fundamentales y nuestros principales aliados para que los niños gocen de un adecuado desarrollo neurológico.


Instagram: @tuamiganeuropediatra

Facebook: Dra Edna Julieth Bobadilla- Neuropediatra Neuromuscular











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