Maria Elvira Herrera Benavides
Médico General y Psiquiatra General - Universidad Pontificia Javeriana
Este Blog es la primera parte de una serie de entregas en las que iré desarrollando el tema y espero que les sirva para poder entender de manera simple una condición médica que merece toda nuestra atención.
Julia, Plaza Sésamo: personaje con autismo
El autismo o lo que se conoce como los trastornos del espectro autista constituye un grupo variado de síntomas a nivel del neurodesarrollo que inicia en la infancia y permanece durante toda la vida. Los elementos de esta condición son:
1. Trastornos del lenguaje: los cuales abarcan desde el habla hasta el lenguaje preverbal
2. Alteraciones en la interacción social
3. Restricción en los intereses y actividades
Desde el siglo XVII ya se habían llevado a cabo descripciones de individuos con dificultades en la comprensión de las claves sociales o el lenguaje pragmático, no detectaban la intencionalidad del comportamiento de los demás y no se adaptaban a las diferentes convenciones sociales, mostrando dificultades para comprender la comunicación no verbal. Evidencia de la existencia de personas con estas características queda retratada en en el libro anónimo “Las florecillas de Fray Junípero” en la cual se relatan las anécdotas de este fraile y su dificultad para relacionarse debido a su condición.
Con el paso de los años estas descripciones fueron apareciendo en la literatura tanto médica como en la narrativa. Pero es en 1943 cuando Leo Kanner hace la primera descripción sobre el autismo como una entidad patológica en su artículo “Autistic disturbances of affective contact”. En él describe una serie de 12 niños que tenían deficiencias severas en el lenguaje y la interacción social.
De manera paralela Hans Asperger, psiquiatra infantil austríaco, publicó en 1944 el artículo “Die Autistischen Psychopathen” basado en la observación de cuatro niños con características similares: graves alteraciones motoras y sociales, aunque aparentemente buenas habilidades verbales, que diferían significativamente de las descritas por Kanner. Debido a que este trabajo fue publicado en idioma alemán, al contrario del artículo de Kanner, permaneció prácticamente desconocido hasta 1991 cuando fue traducido al idioma inglés por la psiquiatra inglesa Lorna Wing, quien reemplaza el término psicopatía autista por síndrome de Asperger.
Hacia 1950 el término autismo como tal solo hacía parte de las descripciones de la esquizofrenia. Pero hacia 1970 ya se incluye dentro de los manuales diagnósticos como autismo infantil. En el año 2013 con la quinta publicación del manual de enfermedades mentales (DSM-5) se da paso al término de trastornos del espectro autista en donde se engloban términos como:
1. Trastorno autista
2. Trastorno desintegrativo infantil
3. Trastorno de Asperger
4. Trastorno generalizado del desarrollo no especificado
PRESENTACIÓN
Pensemos en el autismo como en el diagrama de una cebolla en la cual hay un centro donde se ubica su núcleo con los síntomas fundamentales y unas capas en las cuales ubicaremos los síntomas asociados.
Llamaremos síntomas nucleares a aquellos que son la base del trastorno y sobre los cuales se define la condición. Son los elementos mas difíciles de modificar, requiriendo un manejo terapéutico intensivo que de manera ideal se debe llevar a cabo desde el momento mismo de su diagnóstico, el cual se da en promedio si se recibe atención temprana, hacia los dos años. Estos síntomas no son susceptibles de ser modificados con medicación.
En contraste llamaremos síntomas asociados a aquellos síntomas que pueden asociarse al espectro autista pero que no están presentes en todos los niños que padecen el espectro. Algunos de ellos son las obsesiones y las fobias, la depresión, las fallas en la atención y la hiperactividad. A diferencia de los síntomas nucleares, los síntomas asociados sí son susceptibles de ser intervenidos con medicamentos y son un motivo de consulta muy frecuente en psiquiatría infantil.
Por último mencionaremos como comorbilidades aquellas condiciones que no son propias del diagnóstico de autismo pero que se pueden presentar en algunos de los niños que tienen el diagnóstico. Ejemplo de ello son la epilepsia la cual se puede presentar en un 39 % de los niños con autismo y la discapacidad intelectual, sobre la cual hacemos énfasis ya que no todos los niños con autismo tienen discapacidad cognitiva.
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