Dentro de la revisión que estamos haciendo de los procesos de maduración del sistema nervioso central hoy hablaremos de los canales mediante los cuales enviamos los estímulos adecuados y oportunos para que el niño desarrolle la capacidad de interpretar y organizar las informaciones captadas por los diversos sistemas sensoriomotores del cuerpo.
Una vez el cerebro recibe la información la analiza y la utiliza para permitir al niño entrar en contacto con el ambiente y responder adecuadamente a los estímulos que le llegan.
Los componentes del procesamiento de la información son: la recepción, la modulación, la integración y la organización del estímulo sensorial en el procesamiento y desempeño motor partiendo del concepto de aprendizaje relacionado con la atención, la intención, la anticipación, la planeación y la ejecución motora.
Las sensaciones son los canales básicos de conexión con el ambiente y con su cuerpo.
La integración sensoriomotora organiza la información que detectan los sentidos (gusto, vista, oído, olfato, tacto, propiocepción y vestibular) la envía al cerebro que selecciona lo más relevante para que el cuerpo responda adecuadamente a las demandas del entorno.
Dos de los sentidos más importantes para el desarrollo sensoriomotor del niño y a su vez menos conocidos son:
Sistema Propioceptivo: nos informa permanentemente sobre la posición de las partes del cuerpo y su movimiento, la relación entre el sentido de posición, el movimiento y la velocidad de ajuste de las articulaciones puesto que los receptores sensoriales se encuentran en los músculos y las articulaciones. Tiene como funciones el desarrollo e incremento de la conciencia corporal y facilitan la coordinación motora.
Sistema Vestibular: es el encargado de procesar la información relacionada con el movimiento. Sus receptores sensoriales se hallan en el oído interno y se estimulan con el movimiento de la cabeza y por el efecto de la gravedad sobre el cuerpo; colabora estrechamente con el sistema propioceptivo porque regula el control postural y el tono muscular y está relacionado con el Sistema Límbico (emoción).
Sus funciones son: permitir el movimiento y los desplazamientos en contra de la gravedad manteniendo el equilibrio, tales como gatear, caminar, saltar, correr, estar de pie, etc; regular el tono postural, el equilibrio y la coordinación y estabilizar los ojos durante los movimientos de la cabeza y cuerpo.
Si el niño no tiene una base sensoriomotora sólida no realizará una integración de forma secuencial y adecuada de las diferentes etapas del desarrollo. Cuando el SNC no procesa, organiza e integra esta información, el cerebro no recibe el influjo de impulsos sensoriales que el niño necesita tener acerca de sí mismo y del mundo que lo rodea.
Es así como el aprendizaje motor depende del nivel de exigencia entre la capacidad del niño para procesar de la información, la demanda de la tarea y las condiciones de la práctica. El tener que realizar cierto esfuerzo cognitivo durante la práctica puede resultar ventajoso para algunos niños, aunque en otros puede exceder su capacidad óptima. Este marco establece que existe un punto óptimo de exigencia que ofrece beneficios prácticos máximos cuando se involucra un esfuerzo cognitivo proporcional.
Por otra parte, el fisioterapeuta debe hacer un análisis permanente del proceso de maduración del comportamiento motor del niño lo que implica revisar la relación entre el control motor, el proceso de aprendizaje y la integración sensorial, atento siempre a la relación entre la percepción, la acción y los procesos cognitivos como elementos necesarios para el desarrollo motor del ser humano de acuerdo con el ambiente en que vive.
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