Martha Peña Preciado
Médica general y Neuróloga - U. Nacional de Colombia
Contacto: mpena@ioir.org.co tel 57601- 3534016
Hubo un Lecomte francés, no el filósofo de la ciencia parisino de nombre Pierre, no, este otro solo es Lecomte, Lecomte el payaso. Sabían que los payasos son de los seres con más resiliencia, esa capacidad de reunir fuerzas con la debilidad y las miserias, de recoger los pedazos y seguir.Lecomte, solo Lecomte, a sus 33 años empezó a
perder la fuerza muscular, cada vez más débil hasta tener que ir al neurólogo. Estamos hablando del Dr Francois Amilcar Aran quien nació en 1817, un médico qué hacia parte de un nuevo grupo de académicos interesados en las enfermedades neurológicas, les llamaron neurólogos, gente a la que le gusta la incertidumbre. De Lacomte no sabemos mucho pero su vida lo lleva al encuentro con Francois que además de la debilidad muscular le observa unos movimientos extraños bajo su piel, son sus músculos con contracciones involuntarias y anormales a las que llamo fasciculaciones, siguió examinándolo y encontró que sus reflejos musculotendinosos (estos movimiento involuntarios generados después de dar un golpe suave y seco sobre algunas articulaciones) estaban extrañamente aumentados. Para este momento Larcomte tenía 33 años no sabía que moriría en tres años, Francois también de 33 años estudio y describió su caso, lo acompaño en su deterioro y a su muerte. Al morir Lecomte el médico Jean Babtiste Cruveilhier realizo el análisis patológico de su sistema.La patología mostró una atrofia del cordón espinal y las raíces anteriores, las neuronas motoras inferiores habían degenerado y habían perdido la capacidad de mantener el movimiento de los músculos. Seguramente la Esclerosis Lateral Amiotrófica existe como existe la especie humana, incluso los mamíferos mismos, pero fue hasta el siglo XIX cuando dos jóvenes franceses se encontraron como enfermo y como médico y se pudo dar la primera descripción clínico-patológica de la Esclerosis Lateral Amiotrófica.
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