¿Cómo se afecta la memoria en la enfermedad de Alzheimer?
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo que afecta principalmente a los adultos mayores y es la causa más común de demencia. Es raro que se presente antes de los 60 años. Cuando se presenta antes de esta edad se denomina enfermedad de Alzheimer presenil. La incidencia (número de casos nuevos de una enfermedad en una población determinada y en un periodo determinado) y la
prevalencia (proporción de individuos de una población que presentan una enfermedad) aumentan con la edad, esencialmente duplicando la prevalencia cada cinco años después de los 65 años. Si bien hay tratamientos disponibles que pueden mejorar algunos síntomas de la enfermedad, actualmente no existe una cura y la enfermedad progresa inevitablemente en todos los pacientes. El síntoma esencial y, a menudo, más temprano en esta condición médica es el deterioro de la memoria, aunque puede haber excepciones. El deterioro de la memoria es el síntoma inicial más común, aunque puede haber previo a este, cambios sutiles en el comportamiento o en el afecto (síntomas depresivos o ansiosos). La disfunción ejecutiva (alteración en las habilidades cognitivas dirigidas al logro de una meta, por ejemplo planificación y la organización) y el deterioro visuoespacial (alteración en la capacidad para representar, analizar y manipular objetos mentalmente) a menudo se presentan relativamente temprano, mientras que el déficit en el lenguaje se manifiesta más tarde durante el curso de la enfermedad. La memoria episódica (memoria de eventos que ocurren en un momento y lugar determinados) suele verse profundamente afectada en esta demencia. La memoria para el vocabulario y los conceptos (memoria semántica) se deteriora un poco más tarde. Dentro de la memoria episódica, hay una distinción entre el recuerdo inmediato (por ejemplo un número de teléfono que nos acaban de decir), la memoria de eventos recientes y la memoria de sucesos más lejanos (memoria remota). Los deterioros de la memoria procedimental (memoria para realizar actividades tales como montar en bicicleta o conducir un vehículo) aparecen solo en las últimas etapas de la enfermedad de Alzheimer. La percepción reducida del déficit de memoria y de otras funciones (anosognosia) es una característica común en esta patología. Tal pérdida de percepción puede estar asociada con alteraciones del comportamiento. Aquellos con una percepción relativamente preservada de las alteraciones en memoria tienen más probabilidades de estar deprimidos; los que tienen una percepción más deficiente tienen mayor probabilidad de irritarse cuando se les confronta con el déficit. Ante la presencia de fallas en memoria es necesario realizar una valoración especializada para poder determinar el origen del síntoma y realizar las intervenciones necesarias.
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