LA HISTORIA DE SANTI
EL 16 de noviembre di a luz a mi primer hijo que nació pesando 2150 gramos y midió 47 cm. Mi esposo y yo éramos muy jóvenes e inexpertos, nos embargaba una felicidad muy grande y al mismo tiempo el temor porque el bebé pasó a la unidad neonatal, tenía bajo peso y presentó meconio en el momento del nacimiento.
Al principio no entendimos lo que pasaba y a medida que pasaban los días la angustia crecía porque el bebé estaba en la incubadora con oxígeno de manera permanente. Finalmente, luego de 16 días de estar hospitalizado le dieron de alta y lo llevamos a la casa.
Desde ese momento Santiago no solo tenía control con su médico pediatra sino también con neurología pediátrica, pues su bajo peso al nacer obedeció al Retraso de crecimiento intrauterino no diagnosticado (RCIU) que fue la causa de su hipotonía por ello requería seguimiento neurológico permanente y terapia física.
Santi tuvo terapia física hasta los tres años de edad, su desarrollo físico fue normal, se sentó, gateó y caminó a la edad esperada, sin embargo, su desarrollo cognitivo estaba comprometido; a los seis años no aprendía a leer y se le dificultaba integrarse con los demás niños, eso encendió las alertas. Por sugerencia de la terapista, quien no solo ha sido su fisioterapeuta sino su hada madrina, le hicieron estudios y pruebas que dieron como resultado que Santi tenía retardo cognitivo como consecuencia del RCIU.
A partir de ese momento y gracias al apoyo y a las recomendaciones de la fisioterapista y a las profesionales del Gimnasio el Torzal lideradas por la Dra. Clarita Merchán, Santiago empezó a nivelarse, aprendió a leer y a escribir y lo más importante a integrarse y ser independiente, ha sido un esfuerzo bastante grande pues a diario tocaba recorrer una distancia considerable en transporte público para que Santi pudiera asistir a sus clases. Nosotros vivimos en Bosa al sur de Bogotá y el colegio nos quedaba al norte, en San José de Bavaria en la calle 170.
Hoy han pasado 21 años, Santiago ya es bachiller e hizo un técnico laboral en el Sena. Es un hombre independiente, buen hijo, tiene excelente relación con su hermano y tiene claro lo que quiere hacer en el futuro: se va a dedicar a la peluquería y va a tener su propio negocio. Para ello entrará a una Escuela de formación especializada y lo apoyaremos para que logre realizar su sueño.
No ha sido un camino fácil de recorrer, pues a pesar de que se hable de inclusión educativa y laboral aún faltan muchas barreras por superar y paradigmas que romper, la discriminación en Colombia está a la orden del día; por ello, programas encaminados a la inclusión, a darle oportunidades a niños y jóvenes con discapacidad cognitiva se deben apoyar pues esta población nos da un claro ejemplo de superación y amor incondicional hacia los demás.
Nos sentimos bendecidos por tener a Santi como miembro de nuestra familia y porque la vida nos puso en el camino un par de ángeles que siempre han estado ahí para guiarnos, por eso gracias dra. Elsa y dra. Clarita!